La propietaria de Silken Oil se enamoró del arroz cuando conoció a su marido, quien creció en una familia que siempre había estado ligada a dicho sector. Hoy tiene 4 hijos y es la fundadora de esta iniciativa empresarial.
De la mano de su marido Ana conoció los campos, los productores, aprende a distinguir los diferentes tipos de arroz. Aprende a amarlo y comparte con su marido la pasión por el arroz. Él desde pequeño tenía el convencimiento de que en el arroz había algo muy beneficioso para la piel.
Años después, tras mucho estudio e investigación, descubrió el secreto que el arroz guarda en el germen: un aceite con potentísimos nutrientes para la piel. Se lo regala a su mujer y ella decide compartirlo con sus amigas. Así se gestó y nació Silken Oil.
WMW.- ¿Qué hace SILKENOIL para ayudar a sus trabajadoras a conciliar vida laboral y familiar?
Ana- Permitimos una conciliación laboral total, cada una de las mujeres que colabora con la empresa, organiza su horario en función de sus necesidades familiares.
WMW.- Contratar mujeres jóvenes que quieran crear una familia, ¿supone un hándicap?
Ana- Por supuesto que no, nuestra compatibilidad de horarios nos hace estar abiertos a cada etapa de la vida de la mujer.
WMW.- ¿Cómo has hecho para ejercer de empresaria, emprendedora y madre?
Ana- No te voy a mentir, hay momentos difíciles, he conseguido compatibilizar bastante mi vida privada y profesional. Mis hijos son felices de colaborar con nosotros y crecen viendo el proyecto como suyo.
WMW.- ¿Crees en el emprendimiento como la salida ideal para la conciliación?
Ana- Sin duda, creo que es la mejor forma de poder organizar tu trabajo sin prescindir de la parte mas importante que es mi familia la cual me impulsa a luchar cada día.