La merienda de Pascua

Este es un país con magníficas tradiciones, y la Semana Santa es un momento en el que estas se extienden por todo el territorio nacional adoptando diferentes formas.

En el levante, donde se encuentran nuestros orígenes, cuando llega la Pascua las familias nos juntamos y vamos al campo o a la playa con coca amb tonyina (una especia de empanada de atún) y monas.

Las monas de Pascua recuerdan a pequeños roscones coronados por un huevo cocido en el centro.

Para nosotras es más que una costumbre gastronómica. A nosotras la mona de Pascua nos huele a familia, a los que estuvieron pero se fueron, a amigos, a la tierra que nos ha visto nacer y que está viendo nacer a nuestros hijos.

Así, esta Semana Santa hemos cogido a nuestras niñas (Manuela, Coco, Loreto y Elvira), y les hemos montado una merendola como las que nos organizaban nuestros padres llegadas estas fechas.

Vestidas por  Trixi Kids, haciendo uso de las nuevas vajillas de primavera de Los Caprichos de Goya y a través de la lente de la maravillosa fotógrafa Pati Gagarin, podéis verlas disfrutando como en pocas ocasiones pueden hacerlo.

En Coco y Manuela creemos en el poder de las tradiciones, en lo valiosas que resultan como medio para trasladar a nuestros hijos nuestros valores, hacerles partícipe de sus orígenes y defender su identidad.

Desde que son pequeños, somos el espejo en el que se miran.

En los primeros meses somos los pies que les ayudan a desplazarse y las manos que les dan de comer.

Poco a poco, van ganando autonomía, pero seguimos siendo el lugar en el que se sienten a salvo, su hogar, la fuente imprescindible de esos besos y abrazos que les harán moverse con seguridad.

Cuando van creciendo, las tradiciones familiares se convertirán en costumbres. Nuestros hijos heredarán momentos, recuerdos felices que les invadirán la mente cuando los revivan con sus hijos, cuando anden con ellos por esta tierra nuestra, cuando huelan a salitre o a palmeras.