Llegados a este punto del año y arrastrando casi 6 meses de embarazo y mucho trabajo en la oficina, puedo asegurar que no hay ninguna parte de mi cuerpo que no esté agotada, y especialmente cansadas tengo a mis piernas.
El calor parece que me está empeorando esta pesadez y detrás de las rodillas tengo un auténtico festival de varices, hinchazón y venas a punto de estallar. Para lucir pierna estamos, vaya.
Aunque tienen difícil solución hay algunos hábitos que me han ayudado a paliar estos efectos:
- Alimentación: He eliminado de mi dieta la sal y bebo 2 litros de agua al día.
- Paseos: Ando todos los días una hora (media hora de ida al trabajo y media de vuelta).
- Piernas en alto: en el trabajo he metido de forma camuflada una caja bajo mi mesa y ahí pongo los pies en alto.
- Movimiento de tobillos: sentada en el autobús o en trabajo, de reuniones… muevo los tobillos haciendo movimientos circulares con los pies. Esto ayuda a activar la circulación.
- Masajes drenantes: acudo dos veces por semana a la masajista para hacerme sesiones drenantes en piernas y lo noto muchísimo.
- Agua fría: por la mañana, antes de ir a trabajar, y por la noche, antes de acostarme, meto las piernas en la ducha y doy con agua bien fría durante unos 2-3 minutos.
- Crema refrescante: hay cremas de textura gel que son un alivio para las piernas cansadas. Yo me la aplico después de estos baños de agua fría. Dando masajes circulares desde los tobillos hasta los cuádriceps.
- Medias de compresión: mi ginecólogo me insiste en este punto, pero a mi con este calor se me hacen imposibles. Además cuando las llevo no se cómo vestirme… Para quien las soporte es una medida bastante efectiva.
El único consuelo que me queda es que me ocurra como después de dar a luz a Coco, que desaparecieron todos los signos de pesadez de piernas y como si nada hubiera pasado. Eso y, por supuesto, la niña tan grande y sana que voy a tener 😉